El pasado mes de marzo, AXA daba a conocer el VII Mapa AXA del Fraude al Seguro en España, fruto del análisis de más de 64.000 siniestros sospechosos.
Algunas conclusiones de interés:
- La tasa de fraude (casos de fraude por siniestralidad total) sigue en aumento constante. En 2019 se situó en el 1,94 % frente al 1,88% del año 2018.
- El seguro de auto, aún mayoritario, sigue perdiendo peso, pasando del 61% (en 2013) al 51% (en 2019).
- El aprovechamiento de nuevos factores, como las DANAs (“gotas frías”), para reclamar daños inexistentes o agravarlos, o el aumento del fraude en las pólizas de RC profesional.
- La irrupción de las nuevas formas de movilidad, como los patinetes eléctricos.
- El fraude “oportunista” sigue acaparando la mayoría de casos, pero el número de tramas fraudulentas detectadas en 2019 ha aumentado un 19% respecto del año anterior. Este tipo de fraude, más complejo de detectar y erradicar, presenta importes unitarios elevados.
- La despenalización de las faltas en accidentes de tráfico operada por la reforma del CP de 2015 han hecho disminuir las reclamaciones por daños corporales en este tipo de siniestros.
- En fraude sí entiende de territorios: comunidades como Madrid (1,1%) o País Vasco (1,4) tienen tasas de fraude muy inferiores a otras como Cantabria (3,8%) o Andalucía (2,9), y de género: más del 70% de los fraudes son cometidos por varones.
- Aunque la incidencia es todavía muy pequeña, se han identificado ya casos de intento de fraude por suplantación de identidad mediante las nuevas tecnologías.
- La tecnología también ha aumentado su incidencia en la lucha contra el fraude: un 22% de los casos fue detectado mediante procedimientos automatizados.
Pese a las novedades, una conclusión sigue estando clara en el estudio: la lucha contra el fraude sigue siendo rentable para las compañías: en 2019 AXA evitó el pago de casi 66 millones de euros en reclamaciones fraudulentas.