A nadie le gusta que le mientan. Y, mucho menos, que le roben. Sin embargo, acéptelo: cuando los embustes de algunos de sus empleados le cuestan dinero a usted o a su compañía, no sólo le mienten sino que también le están robando.
¿No le parece sospechoso que algunos trabajadores aleguen incapacidad transitoria con tanta frecuencia? ¿Están realmente enfermos? ¿Tanto como para no poder trabajar? ¿Tan a menudo como aseguran? Tanto si la enfermedad es real como imaginaria, lo cierto es que resulta contagiosa.
En muchas ocasiones ocurre lo mismo con algunos trabajadores deshonestos que coincidiendo con las vísperas de fiesta, anuncian el uso de su crédito de horas para asuntos sindicales, cuando lo único que les interesa es prolongar su fin de semana.
Cada vez son más los empleados que se ausentan pretextando problemas de salud o de defensa de los intereses de los trabajadores, ¿verdad?. Es lógico. Si a unos les funciona la estratagema, es normal que los demás se decidan también a utilizarla.
Con la salud no se juega. Si un trabajador está verdaderamente incapacitado para trabajar durante una temporada, usted es el primero en recomendarle que se quede en casa.
No obstante, si usted ha leído hasta aquí, es que seguramente no pondría la mano en el fuego por la sinceridad de esos empleados. La experiencia nos demuestra que, cuando existen tales sospechas, casi siempre son fundadas.
La mayor parte de sus empleados son personas honestas y responsables que cumplen con sus obligaciones laborales. Si cogen la baja, es que realmente su estado de salud no les permite desempeñar los cometidos que tienen asignados. Es más: en ocasiones han acudido al trabajo pese a no encontrarse bien.
Por desgracia, hay excepciones. Y usted, seguramente, no tendrá que esforzarse mucho para poner nombre y apellidos a esas excepciones: trabajadores que sistemáticamente enferman en los momentos en los que se producen picos de trabajo, que tardan mucho más de lo razonable en restablecerse, que en cambio parecen recuperarse milagrosamente cuando se acerca un período vacacional…
¿Se ha parado a pensar en lo desmotivador que debe resultar para los demás empleados ver como sus compañeros actúan de forma tan insolidaria con total impunidad? ¿De veras le sorprendería que más de uno decidiera imitarles o que lo esté haciendo ya? ¿Acaso no sabe que la desfachatez es una enfermedad terriblemente contagiosa?
Si usted supiera a qué dedican el tiempo libre los enfermos imaginarios, probablemente aumentaría, si cabe, su indignación. Nuestra amplia experiencia en la investigación de IT fraudulentas nos permite revelarle que abundan quienes se entretienen con actividades muy lucrativas y, en ocasiones, al servicio de la competencia. Al fin al cabo, si alguien es capaz de engañarle en algo tan sagrado como la salud, no cabe esperar que la integridad ni la lealtad formen parte de su acervo de valores.
La cuestión, por supuesto, es extremadamente delicada y no conviene dar ningún paso sin tener la certeza de que realmente se está produciendo este inadmisible abuso de confianza.
Por fortuna, GRUPO HAS dispone tanto de los recursos técnicos y humanos especializados, como de la metodología de trabajo más eficaz para descubrir y demostrar los hechos con absoluta fiabilidad y discreción. Sabiendo que en última instancia lo que está en juego es la salud de su empresa, ¿acaso no le pone enfermo quedarse con la duda?