En ocasiones la realidad supera a la ficción. Cuando sospechamos un sabotaje, viene a la mente la idea de un competidor desleal. Pero no siempre es así.
Una empresa industrial detectó que la producción era inferior a la estimada. El análisis del problema arrojó conclusiones más extrañas: de los 3 turnos, uno de ellos producía correctamente mientras que los otros 2 lo hacían un 20% por debajo de la capacidad de la línea. Una revisión minuciosa dio con el problema: un lastre colocado en el sensor de peso de la máquina, que provocaba que la entrada de producto a un horno fuera inferior a la capacidad. Conocido el motivo, el problema era saber quién era el responsable y acreditarlo.
GRUPO HAS estudió el caso y diseñó e instaló un complejo sistema de videograbación oculta. Una primera cámara registraba una vista general de la máquina. Otra cámara, colocada en la escalera de acceso a la tolva y al sensor, permitía identificar a la persona que accedía por la misma. Por último, una tercera micro-cámara registraba en propio sensor. Las tres cámaras, conectadas a un sistema digital de grabación sincronizada, ofrecían una visión completa de lo que ocurría, permitiendo identificar y acreditar la autoría de las deslealtades.
El procedimiento no parecía sugerir una actuación de competidores desleales y, de hecho, la posterior investigación la descartó. El motivo era más sencillo: el reparto de la prima de productividad de los turnos.
Otros casos de sabotaje investigados tenían mayor gravedad. Una empresa fabricante de cables eléctricos para líneas de alta tensión detectó un alto número de partidas defectuosas. Sistemas de videograbación oculta permitieron descubrir y acreditar que un trabajador “pinchaba” el recubrimiento del cable cuando aún estaba endureciéndose. Otra empresa, de pastas alimenticias, recibió quejas de consumidores porque las hojas para canalones se quebraban. Un operario desleal modificaba la calibración de los rodillo de la máquina, alterando el espesor de ésta.
Regresando al principio de este artículo, contra lo que el sentido común parece dictar, la mayoría de actos de sabotaje son perpetrados por trabajadores desleales. Contra la deslealtad, GRUPO HAS pone al servicio de la empresa su experiencia y sus recursos.
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